Familias fuertes en tiempos difíciles

José Rivera

Texto bíblico: Mateo 1: 18-25.

José Rivera Ch.

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Si de algo podemos estar seguros es que la Palabra de Dios; nos tiene buenos ejemplos, de situaciones difíciles que les tocó vivir a varios personajes bíblicos, por tomar la decisión de seguir a Dios.

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Veamos un ejemplo de dos personas que le toca vivir una situación un poco, por no decir muy incómoda en sus vidas por aceptar una misión de Dios.

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María: esta joven es pedida en matrimonio, por José, como dice el relato bíblico, ella era virgen y no había conocido hombre alguno. Pero de repente se le aparece un mensajero de Dios y la da la noticia, que ella está embarazada y va dar luz al ¡Hijo de Dios! Tremenda noticia, ya que para esa época una mujer que quedara embarazada sin estar casada, era sinónimo de adulterio.

José: por su lado se da cuenta de la situación de su futura esposa y toma la decisión de abandonarla, en silencio, para no perjudicarla, ya que José amaba mucho a María. Pero en la noche un mensajero de Dios, se le aparece en un sueño y le dice a José que no abandone a María, ya que el niño que lleva en su vientre es el ¡Hijo de Dios! Y José toma el reto que Dios pone en sus manos.

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En esta maravillosa historia podemos ver a una joven familia afrontando dificultades, María está embarazada sin estar casada, José está en la disyuntiva si María es una persona honesta y está diciendo la verdad. Pero aquí el punto a resaltar es que tanto María como José, ponen esta situación en las manos de Dios y deciden estar juntos en medio de una situación difícil y complicada.

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Cuando las familias se vuelven fuertes es cuando, se unen y ponen todo en las manos de Dios. No es que no van a ver dificultades en la vida, claro que van a llegar en algún momento. Pero el secreto es que se deben estar muy unidos y bien tomados de la mano de Dios.

Preguntas de reflexión:

1. ¿Qué me llama la atención? ¿Por qué?

2. ¿Qué tiene que ver esto conmigo o con mi vida?

3. Si Jesús estuviera aquí, ¿Qué le diría yo respecto a esto? ¿Qué me diría Él a mí?

4. Orar.