

Sábado 17 Diciembre, 2022
Religión Pura
Por: Jaaziella Vargas
La UNICEF y sus aliados mundiales definen a un huérfano como un niño o niña que ha perdido uno o ambos progenitores. De acuerdo con esa definición, en 2015 había casi 140 millones de huérfanos en todo el mundo, incluyendo 61 millones en Asia, 52 millones en África, 10 millones en América Latina y el Caribe, y 7.3 millones en Europa del Este y Asia Central. La verdadera religión se demuestra a través de la conducta y “así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta.” (Stg 2:17). ¿Cuál es nuestro deber como cristianos ante las poblaciones vulnerables, en especial la niñez en abandono? Repasemos 3 formas en las que podemos actuar.
Con Amor. La religión pura está fundada en el amor, sin embargo el amor sin acciones no es más que palabras en el aire. 1 Juan 3:18 dice: "Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad" Dios nos demuestra la grandeza de su amor dia con dia pero el acto más significativo fue la entrega de su hijo para que el mundo pudiera acercarse a Él. Nuestro motor debe ser ese amor que fue entregado a nosotros ya que no podemos olvidar que todos fuimos huérfanos y hemos sido adoptados gracias a Cristo.
Orando. “oren sin cesar” 1 Ts 5:17 Nuestra primera acción ante cualquier necesidad ya sea propia o de alguien más es orar sin cesar. Oremos por los niños en abandono para que encuentren hogares llenos de amor y para que el Señor cubra sus necesidades afectivas, espirituales y materiales. Oremos por todos aquellos cuidadores, que dedican sus días a llenar de amor, protección y comprensión a niños y niñas sin un hogar para que Dios los continúe fortaleciendo en esa obra, también oremos para que más familias y organizaciones se unan a esta causa. “Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.” (1 Jn 5:15)
Apoyo económico. “Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad” (1 Jn 3:17-18) Desde una ofrenda ocasional a una donación mensual, desde $1 hasta $10,000, el monto dependerá de lo que podamos dar según nuestra realidad económica, lo que bien es cierto es que el apoyo financiero es indispensable para mantener a flote organizaciones que protegen y cuidan a estas poblaciones de riesgo, además debemos recordar que esto es un mandato bíblico, siempre que podamos debemos hacer el bien y dar a los que más lo necesitan.
Recordemos que en Cristo encontramos un nuevo hogar y está en nuestras manos actuar para llevar un poco o mucho del amor que nuestro Padre Celestial nos ha dado a los que más lo necesitan.