Creemos en la inspiración divina de los libros de las Sagradas Escrituras Judeocristianas. Ellas constituyen la Autoridad Suprema y final de la doctrina, fe y conducta del pueblo de Dios, por ellas puede ser y debe ser juzgada toda eventual enseñanza, revelación, actitud y corriente ética y moral.
2 Timoteo 3.16-17, 2 Pedro. 1.20-21.
Creemos en un solo Dios eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas tanto visibles como invisibles y creador del ser humano mediante su amor, sabiduría, palabra y poder.
Génesis 1.1-2, Juan 1.1-3.
Creemos en la deidad de Nuestro Señor Jesucristo, en su real encarnación mediante la concepción virginal de María por obra del Espíritu Santo.
Juan 1.1, 14, Mateo 1.20-23, Lucas 1.26-35.
Creemos que Nuestro Señor Jesucristo regresará física y visiblemente con poder y gran gloria, y con todos los poderes que como Señor le corresponden para iniciar la manifestación plena de su reino. Esta segunda aparición de Nuestro Señor es la esperanza suprema del pueblo de Dios.
Hechos 1.11, Apocalipsis 22.12, 1 Tesalonicenses 4.13-18, Mateo 24.30-31.
Creemos en el Espíritu Santo quien nos revela a Nuestro Señor Jesucristo, en su obra regeneradora e iluminadora del ser humano, capacitándole para servir a Dios, a la iglesia y al prójimo.
Juan 15.26, 16.8-15, Gálatas 5.22-23, Efesios 4.12.
Creemos que por desobediencia de nuestros primeros padres: Adán y Eva, el pecado entró a toda la humanidad y por ello toda persona está espiritualmente muerta bajo el poder del pecado, es incapaz de salvarse a sí misma y está expuesta a la condenación eterna. Creemos que solo puede salvarse mediante el conocimiento del evangelio de Nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario. A la vez que la persona experimenta el nuevo nacimiento por el poder del Espíritu Santo para su vida transformada y obedecer la voluntad divina.
Génesis 3, Romanos 1.16, 3.23, 5.12, 6.23, Juan 3.5, 16-19.
Creemos en la Iglesia Universal, formada por todos aquellos que en virtud de su arrepentimiento, fe en Jesucristo y el bautismo por el Espíritu Santo, han sido redimidos y unidos en el cuerpo de Cristo en todo tiempo y lugar.
1 Corintios 1.2, Colosenses 1.18.
La Iglesia tiene como cabeza a Jesucristo mismo. Creemos que esta Iglesia se manifiesta visiblemente por medio de congregaciones locales. Creemos en la unidad de los creyentes de Jesucristo la cual puede y debe expresarse en adoración, oración, capacitación, testimonio y servicio conjunto.
Hechos 2.41-42, Juan 17.20-23, Colosenses 1.18.
Creemos que la Iglesia ha sido puesta por Dios para que, mediante el poder del Espíritu Santo, sea fiel testigo de su palabra, amor y de su evangelio, llevándonos hasta lo último de la tierra y hasta el regreso de Nuestro Señor Jesucristo.
Mateo 28.18-20, Hechos 1.8.
Creemos que la Iglesia debe buscar en fidelidad a las Escrituras toda forma de testimonio y servicio de su propio medio, así como también cada cristiano debe expresar su fe por las virtudes del amor, la verdad, la honradez, la paz, el trabajo dedicado, la pureza, la amabilidad, la justicia, y las buenas obras.
1 Timoteo 5.16, Romanos 5.25-27, Gá.5.22-23.
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