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María Eugenia


Dios se ha revelado a mi vida y me ha mostrado que es un Dios de amor y misericordia, al que puedo adorar con todo mi corazón y puedo gozarme en su presencia. Deseo ser parte del hermoso llamado de la gran comisión, que nos permite compartir el evangelio con aquellos que están en la oscuridad.


Anhelo que los jóvenes y los niños conozcan al Dios verdadero y que se haga palpable también en sus vidas. En mi corazón hay un ardor porque otros conozcan al Dios que yo he experimentado; que salgan de la esclavitud, el dolor y el vacío de sus corazones.


Mi deseo es que descubran el gozo de la salvación y que puedan compartir con otros las buenas nuevas, alabando y glorificando a Dios entre las naciones.


Los jóvenes costarricenses se debaten entre la vida y la muerte, se ven expuestos a un bombardeo que los arrastra a una vida sin sentido, alejados de la verdad y siendo esclavos del pecado que les impide desarrollar su potencial como personas y darse cuenta de que existe algo más en la vida que puede llenar el vacío de sus corazones.


En el año 2008, conocí el proyecto ALPHA a través del pastor Arturo Barrientos y ALPHA Costa Rica.


ALPHA es un método de evangelización sencillo, dinámico y atractivo, que permite acercar a jóvenes que normalmente no asisten a una iglesia, al mensaje de salvación. Esto se da por medio de relaciones significativas, dándoles a conocer un Dios cercano y real.


Al ser docente durante muchos años y tener la posibilidad de trabajar con los estudiantes de mi propia escuela, solicite permiso a las autoridades educativas para impartir el curso y Dios abrió las puertas dando así inicio el proyecto de valores ALPHA. A partir de ahí y durante siete años, he tenido la oportunidad de implementar esta herramienta con los jóvenes de sexto grado.


Dios ha abierto las puertas de la institución, contando con el apoyo de diferentes directores que han pasado por la escuela y el respaldo de otras docentes que están convencidas de que Dios está trabajando en el corazón de los chicos. Dios ha solventado todas las necesidades económicas, proveyendo donde no había y mostrándonos constantemente su mano. Ha impulsado a profesionales, cada uno en su campo, que nos acompañan en el servicio y se ha logrado desarrollar el programa durante estos años.


ALPHA nació en el corazón de Dios para atraer a muchos jóvenes a sus pies y junto a los sueños de Dios, yo sueño con que en cada institución educativa haya un ALPHA establecido. Que se levanten docentes, dispuestos a pagar el precio y que tengan carga por los jóvenes que se pierden sin esperanza y sin el amor de Dios en sus corazones; extendiéndose a escuelas, colegios y universidades de todo el país.

Mi experiencia cumpliendo la misión de Dios

He experimentado mucho gozo y pasión, siento la vida de Dios fluyendo en medio de los jóvenes y he podido ver como muchos de ellos han aceptado a Jesús como su señor y salvador, y transforman sus vidas por el poder y el amor de Dios.


Muchos jóvenes han pasado por ALPHA y Dios ha impactado sus vidas. Los padres han visto cambios en sus hijos, de personas que antes eran distantes a las cosas de Dios y ahora han mostrado una relación más profunda con Él.


Ahora son jóvenes con metas en la vida, que luchan por ellas y que se han dado cuenta que no quieren ser parte de los muchos que caen en drogas, malos hábitos y malas amistades. Se han dado cuenta que Dios les muestra un camino diferente, que los ama y les ha dado valor a sus vidas.


Muchos de ellos han tenido el deseo compartir este mensaje con otros jóvenes, presentándoles el evangelio a través de ALPHA, convirtiéndose en líderes al servicio de Dios.

Oro para que, de este fruto, salga un semillero de misioneros, que se expanda por todo el mundo y lleve las buenas nuevas de salvación a las etnias no alcanzadas y al mundo entero… ¡PARA QUE TODOS LOS PUEBLOS LO ADOREN!!!

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